miércoles, 13 de junio de 2012


“Suficientemente bueno” no es suficiente




La pregunta crítica que se hacen las compañías visionarias no es “¿Lo  estamos haciendo bien? O “¿Cómo podemos hacerlo bien?” ni “¿Qué rendimiento tenemos que alcanzar para hacer frente a la competencia?”  Para estas compañías la pregunta crítica es: “¿Cómo podemos hacerlo mañana mejor que hoy?” Ellas institucionalizan esta pregunta como una forma de vida, un hábito mental y de acción.

Para llegar a ser una compañía visionaria y seguir siéndolo se requiere una enorme cantidad de pura y simple disciplina, mucho  trabajo  y una innata  repulsión  a toda  tendencia  a conformarse con lo que se ha alcanzado.

La disciplina  es la cosa más grande del mundo.
Sin disciplina no hay carácter,  y sin carácter no hay progreso…
La adversidad  nos brinda  oportunidades de crecer.
Y,  por lo general,  obtenemos  las cosas por las cuales trabajamos.
Si  tenemos  problemas y los superamos, crecemos más en carácter y en las cualidades que traen el éxito.

El confort  no es el objetivo de las compañías visionarias. Éstas,  en  efecto,  instalan  poderosos  mecanismos   para crear descontento—para  acabar con la satisfacción  de sí mismo—y  estimular así el cambio y la mejora antes de que lo exija el mundo exterior.

Fuente: "Empresas que perduran", Jim Collins.-

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